miércoles, 15 de diciembre de 2010

Un íntimo, pequeño e intrascendente pensamiento hacia el Maestro Enrique Morente



MORIR


Morir susurrando, como susurra el viento en las ventanas.
Morir pensando en agua fresca en verano y brasas humeantes invernales.
Morir como mueren los galgos, morir como mueren los toros.
Morir subido a un andamio, construyendo para otros.
Morir y ser cubierto por una bandera acrílica de Jasper Johns.
Morir enterrado en especias, mascando clavo y cardamomo.
Morir imitando los planetas, en cualquier tekke de Istanbul.
Morir como Wolfgang, con sabor a chocolate.
Morir como un Fish and chips.
Morir como muere un motor Daimmler.

Morir como muere Enrique Morente, viviendo para siempre.

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