El intuicionismo desde la quiebra de la razón.
¿No soy el fugitivo, el que no tiene techo, el monstruo sin meta ni descanso, que brama como una catarata de roca en roca, con furioso deseo de caer al abismo? (Goethe), Fausto.
Hemos hablado del ser nómada con respecto a sus impulsos racionales en el contexto de la ilustración; prolegómeno indiscutible de nuestra actualidad. Ahora, históricamente, veremos que emerge una contrapartida de carácter opuesto; se trata de la irracionalidad, también un importante prolegómeno de nuestro momento histórico . Fenómeno que plantearemos a continuación desde la forma que toma a partir de un pesimismo social en la razón. Nos estamos refiriendo al intuicionismo , también romanticismo y otras diversas denominaciones. Fructífera etapa humana que comienza a finales del siglo XVIII en la que aún con más evidencia que en la racionalidad, el pensamiento nómada late por las venas de nuestro protagonista.
El Romanticismo va a ser una nueva cosmovisión, una propuesta nuevamente de cambio . Un cambio necesario ante el mal de la sociedad, ese que atormenta al nómada y cuyo origen se encontraría en la imperfección general del hombre, o mal metafísico, derivado de su naturaleza imperfecta y del hecho de ser una mera frágil criatura. Además, la sociedad en su conjunto no ha dejado de ser tras el intento racionalista, máquina animofágica para él, alimentándose de sus estados de ánimo, de su belleza y de su energía.
La irracionalidad deviene un refugio ante un exceso de la razón . Muchas veces, esta ha sido presentada desde partidismos racionalistas, de una forma peyorativa. Vale la pena analizarla desde sus bases y saltar el mito de su infertilidad e ineficacia, términos evidentes de la prepotencia en la que cayó la razón . Ello es necesario en nuestra dinámica de defensa del arte como un proceso Introafectivo.
Desde finales del s. XVIII se multiplicaron en toda Europa las reacciones románticas contra la supremacía del neoclasicismo . Su extensión afectó a múltiples campos del pensamiento y de la creación artística y su incidencia en la filosofía, la teología, las artes y en general, sobre todas las ciencias del espíritu, fue revolucionaria.
Sobre los orígenes del romanticismo los criterios no son nada acordes. Aunque genéricamente, para la conciencia mundial, el romanticismo lo formaron y difundieron los franceses. Según B. Russell: los orígenes del romanticismo los hemos de buscar en Alemania y para A. Hauser: sin embargo, es un movimiento ingles .
Según J.M.Valverde, el romanticismo presenta dos momentos bien definidos y que se relacionan con el predominio de una de estas dos facultades: el sentimiento o la imaginación. En la primera etapa, de larga gestación y efectos anticlasicistas muy notorios, el romanticismo hace del sentimiento la facultad humana más importante. Esta etapa se origina en Inglaterra , desde donde se extenderá a Alemania y, posteriormente, a los demás países europeos y del continente americano. En la segunda etapa del romanticismo, la facultad cumbre es la imaginación, poder divino en el hombre y fuerza creadora del maravilloso mundo de las realidades poéticas. Este segundo momento es de claro origen germánico. Desde Alemania llegaría a Inglaterra, especialmente a través de Coleridge, y con menos fuerza, a los demás países que tardíamente se incorporaron al movimiento romántico, pero sobretodo donde el fenómeno alcanzará una importante dimensión será en Inglaterra , Alemania y Francia .
Esbozado el romanticismo desde sus orígenes, este entrará en una rápida y prolifera andadura, exaltando el libre pensamiento y el arte como modos de acceder a la realidad. Según Schopenhauer , el Axis mundi del romanticismo es la intuición (término identificado con el de sentimiento) entendida:
Como poseedora de claridad, seguridad y certeza, en ella no se dan ni preguntas, ni dudas, ni errores: no se quiere ir más allá, se tiene sosiego en la intuición, satisfacción en el presente: La intuición se basta a sí misma; de ahí que lo que procede puramente de ella y permanece fiel a ella, como la auténtica obra de arte, no pueda ser falso jamás, ni refutado en ningún tiempo: y es que no se trata de ninguna opinión, sino de la cosa misma .
Una evidente puesta en escena de la endopatía que impulsa los movimientos nómadas referenciados en los puntos precedentes.
Este héroe, llamémosle ya nómada, como así lo hemos venido haciendo, abomina de toda instancia supraindividual ; incluso cuando participa en actividades nacionales o sociales, la colectividad es un mero escenario en el que deambula sin ninguna esperanza de objetivo compartido, hallándose, como héroe trágico en combate constante contra el universo carcelario y el hedonismo acomodaticio y antiheroico de las personas que se dejan guiar por el espíritu de la época, incapaces de comprender la dimensión auténtica del Romanticismo, a las que les reprueba su complacencia ante su propia miseria, su conformidad, su mediocridad y cobardía, su renuncia a la totalidad y a la infinitud.
En definitiva, el talante de la personalidad romántica se caracteriza por la búsqueda, a través de la imaginación y del sueño, en ocasiones a través de la huida , del camino de la plenitud y de lo infinito, de un mundo nuevo y de una nueva vida, de una existencia heroica que anhele lo ilimitado, y por mantener un impulso intensamente aristocrático a la vez que fuertemente libertario, reflejado en el héroe hölderliano Hiperión, el cual odia tanto mandar como obedecer. Y en la admiración romántica por la libertad situada por encima de la legalidad y la sociedad del momento, definida por imponer un despotismo degenerado que contradecía incluso los mismos principios de la Ilustración y de los rezagados protectores de la Razón.
El romántico plantea una experiencia de vida desde su complejidad, unicidad y diferencia, desde la complejidad y diversidad de su interno, una propuesta basada en su sentimiento interno (endopatía) . Evidentemente un practicante del nomadismo desde sus valores endopáticos consternados por el entorno . Además siente con pasión, pues esta es la única fórmula de vida auténtica y lo lleva a la última consecuencia asumiendo el todo consciente de lo limitado del hombre en función de la impermanencia y finitud de los fenómenos .
Vorágine pues de sentimientos, afirmación titánica del Yo, subjetividad en detrimento de lo objetivo, impregnación anímica, dinamismo existencial , universo introafectivo ilimitado . Valores puestos en acción a través de innumerables nomadéos pasionales, fantásticos, pesimistas, melancólicos, escépticos, amorosos, épicos, unificados todos ellos desde una acentuada subjetividad e individualismo. Libertad Total para dar su propia interpretación de la existencia con una profunda voluntad altruista .
Procedamos a observar sus endopatías, emociones internas que le empujan a la aventura nómada. Y hagámoslo dirigiéndonos al artista, nuestro sujeto, objeto de conocimiento. Veamos su articulación de sentimientos y proyección hacia la obra, sus parámetros estéticos en definitiva. En primer lugar analizaremos su entidad artística, para a continuación profundizar en su particular nomadismo impulsado por múltiples valores endopáticos, de entre los cuales vamos a analizar los siguientes: Libertad; nacionalismo y voluntad de arraigo; desarraigo; pesimismo, muerte; melancolía; nostalgia; fantasía e imaginación; amor; endopatía hacia otras épocas; endopatía hacia otras tierras: el viaje; el orientalismo; Naturaleza y sublimidad.
4.1 El Artista.
El Arte, es un fruto tentador y prohibido. Quien una vez ha gustado su jugo más íntimo y dulce, está irremisiblemente perdido para el mundo activo y viviente y se hunde cada vez más en el rincón de su propio placer. (Wackenroder).
El materialista se ocupa de asuntos mundanos. El hombre esclavizado por el mundo material vive en un estado de tensión. El que estando tenso elabora sus cuadros se destruye a sí mismo. El que se mueve entre el mundanal ruido toma el pincel y la tinta con cautela y aprensión. El medio ambiente influye así en el hombre, dándole y haciéndole, a la postre, infeliz. Yo acepto el mundo tal y como viene, me acomodo superficialmente a los poderosos, alcanzo así la paz espiritual. La pintura llega con la paz mental. La gente entiende de pinturas, mas no entiende las pinturas de pincelada única. Porque lo más importante en el trabajo artístico es la contemplación. Cuando se contempla el Uno (la unidad de todas las cosas) se siente gozo. Es entonces cuando las pinturas logran una profundidad misteriosa, insondable. Tratado de Arte de Shin T’ao. (1641-1717).
Recordemos que el ilustrado neoclasicismo, hacía una propuesta artística desde una necesaria reivindicación racional de la belleza como modelo de verdad y orden revisando el clasicismo grecolatino como referente indiscutible de esta virtud, luz necesaria ante la oscuridad precedente de experiencias estériles y meramente banales. Así se había iniciado un emotivo nomadismo en búsqueda de ese ansiado orden que debiera hacer progresar al hombre, llevándole a la felicidad. Ahora, una vez que dicho modelo no ha llevado más que a una prepotente racionalidad que ha censurado la libertad en el plano emotivo, el intuicionismo desde una ley de contrarios, decide alejarse de los paradigmas y convencionalismos para enajenarse en búsqueda del infinito.
El Arte se hace mensajero de la revolución y de la liberación del yo de todas las trabas institucionales, religiosas y políticas. También, se pone radicalmente al servicio del hombre. El artista romántico desarrollará su vida alejado de la represión de la convención, fundamentalmente en la praxis de un arte lúdico y libérrimo, como si de un juego en la libertad más profunda se debiera practicar, impregnando anímicamente todo, autosugestionado en lo sensible.
Así pasa de ser un interprete de los valores cívicos (cómo devino el artista neoclásico) a ser un libre creador enfático y afectado desde su más recóndito ser , con el valor añadido de que otorga mucha importancia al arte y a su significado para el conocimiento del hombre. Aquí comienza sin duda la andadura irrefrenable del arte moderno . Pero no siempre el arte en este contexto mostrará un talante tan enérgico y trasgresor pues al menos lo que en teoría puede resultar enfático, en la práctica puede caer en picado y ese talante puede convertirse en el más profundo pesimismo, pues tratándose de sentimientos individuales los artífices del fenómeno y al ser estos materia humana, están sujetos a los lógicos y naturales devaneos de su propietario, el hombre. Aún más, se establece una retórica de la irracionalidad en base a lo misterioso y desconocido en este contexto pesimista que reivindicará en contraposición a la luz de la razón, la oscuridad en la que se guarece este enajenado .
Por tanto, el romanticismo es contraste permanente, como lo es la esencia del hombre y tan pronto aparece ese optimismo como desaparece, y tan pronto defiende el arte como vía de conocimiento del hombre, cómo reconoce su fracaso como espacio metafísico de salvación (algo normal en territorios sin normas ni paradigmas). Cómo señala Nietzsche:
El artista solo puede manifestar su libertad como exiliado, como extranjero al que, deseoso de patria, le corresponde un perpetuo peregrinaje a través de un mundo con respecto al que ya no se puede mantener una ilusión de unidad.
El artista romántico, por tanto se mueve entre conceptos contrarios, como señala Argullol:
A pesar de su anhelo de lo sagrado, sentencia la desacralización del mundo .
Lo que sí tiene claro, son sus nuevos y prolíferos recursos intelectuales, estos generan una nueva cosmovisión que parte de su interno; su actividad artística no se limitará ya sólo a plasmar en su obra lo visual, ahora, sus sentimientos van a ser el leiv motiv principal en su andadura. Como señala Friedrich:
El pintor no debe pintar simplemente lo que ve, sino también lo que ve en su interior .
El objetivo del arte precedente había sido la belleza, ahora, para el nuevo ideal, está será tan sólo una pequeña parte de lo que el hombre puede imitar. Así, desde irracionales asociaciones psíquicas sus propias endopatías son objetos elevables a la categoría de arte, experimentando constantemente con ellas en la búsqueda de lo nuevo y no sometido a reglas. Así la belleza ya no es su objetivo, como el que rige en la doctrina neoclásica, o al menos no el único. Volvemos a recalcarlo, su objetivo es la expresión de los sentimientos, unidades mínimas irreductibles del arte y del artista que le mueven hacia lo novedoso, lo insólito, lo oculto, lo reprimido, lo que está más allá del límite, estetizarlo todo desde estos valores, esa es su dinámica. Ansiedad en definitiva en revisar todas sus endopatías, experiencias mucho más placenteras estéticamente por la multiplicidad de posibilidades, que la belleza, un único modelo.
Así, el creador parte de ese gran mapa que todos poseemos y que en todos es diferente para aflorar sus emociones, endopatías, introafecciones, las cuales son el motivo de su dinámica vital y por tanto el camino hacia la obra y más allá aún hacia la felicidad .
En Francia Delacroix y Chasserieau alimentan sus óleos con inspiraciones en la tragedia griega y exotismos orientales. En Gran Bretaña, Turner disuelve el humo de las máquinas de vapor en espejismos y ensoñaciones de color, mientras Constable, algo más bucólico, desdobla las gamas cromáticas de sus paisajes. En Alemania, Caspar David Friedrich catartiza el binomio hombre-naturaleza de manera espectacularmente visionaria y En España, Goya adhiere al lienzo los etéreos, monstruos que quieren escapar de la razón. Resultados variados y plurales de múltiples procesos emotivos. Praxis, desorden, sacudida de la red simbólica y social a la que pertenece el hombre. En definitiva, el intento de cambio de las concepciones sobre las cosas y los fenómenos. Pensamiento nómada, endopatía.
Analicemos algunas de estas endopatías, introafecciones que mueven la vida creativa del pensador nómada. Endopatías, diversas y de variados talantes, igualmente con diferente consecuencia en función de la individualidad. Endopatías positivas y optimistas, de liberación, como un magno impulso para desprenderse de un mundo trágico y convertirlo es esperanza como en el caso de Hölderling o Novalis. Y endopatías pesimistas y trágicas que aceptan la condenación de vivir en un mundo sin ley como en el caso de Leopardi o Keats .
Seleccionemos y aproximémonos a algunas de las más relevantes endopatías del pensamiento nómada romántico, aquellas que son materia prima para la actividad artística, aquellas que impulsan al nomadeo, a la huida, a la trasgresión. Valoremos estos axiomas del sentir.
¿No soy el fugitivo, el que no tiene techo, el monstruo sin meta ni descanso, que brama como una catarata de roca en roca, con furioso deseo de caer al abismo? (Goethe), Fausto.
Hemos hablado del ser nómada con respecto a sus impulsos racionales en el contexto de la ilustración; prolegómeno indiscutible de nuestra actualidad. Ahora, históricamente, veremos que emerge una contrapartida de carácter opuesto; se trata de la irracionalidad, también un importante prolegómeno de nuestro momento histórico . Fenómeno que plantearemos a continuación desde la forma que toma a partir de un pesimismo social en la razón. Nos estamos refiriendo al intuicionismo , también romanticismo y otras diversas denominaciones. Fructífera etapa humana que comienza a finales del siglo XVIII en la que aún con más evidencia que en la racionalidad, el pensamiento nómada late por las venas de nuestro protagonista.
El Romanticismo va a ser una nueva cosmovisión, una propuesta nuevamente de cambio . Un cambio necesario ante el mal de la sociedad, ese que atormenta al nómada y cuyo origen se encontraría en la imperfección general del hombre, o mal metafísico, derivado de su naturaleza imperfecta y del hecho de ser una mera frágil criatura. Además, la sociedad en su conjunto no ha dejado de ser tras el intento racionalista, máquina animofágica para él, alimentándose de sus estados de ánimo, de su belleza y de su energía.
La irracionalidad deviene un refugio ante un exceso de la razón . Muchas veces, esta ha sido presentada desde partidismos racionalistas, de una forma peyorativa. Vale la pena analizarla desde sus bases y saltar el mito de su infertilidad e ineficacia, términos evidentes de la prepotencia en la que cayó la razón . Ello es necesario en nuestra dinámica de defensa del arte como un proceso Introafectivo.
Desde finales del s. XVIII se multiplicaron en toda Europa las reacciones románticas contra la supremacía del neoclasicismo . Su extensión afectó a múltiples campos del pensamiento y de la creación artística y su incidencia en la filosofía, la teología, las artes y en general, sobre todas las ciencias del espíritu, fue revolucionaria.
Sobre los orígenes del romanticismo los criterios no son nada acordes. Aunque genéricamente, para la conciencia mundial, el romanticismo lo formaron y difundieron los franceses. Según B. Russell: los orígenes del romanticismo los hemos de buscar en Alemania y para A. Hauser: sin embargo, es un movimiento ingles .
Según J.M.Valverde, el romanticismo presenta dos momentos bien definidos y que se relacionan con el predominio de una de estas dos facultades: el sentimiento o la imaginación. En la primera etapa, de larga gestación y efectos anticlasicistas muy notorios, el romanticismo hace del sentimiento la facultad humana más importante. Esta etapa se origina en Inglaterra , desde donde se extenderá a Alemania y, posteriormente, a los demás países europeos y del continente americano. En la segunda etapa del romanticismo, la facultad cumbre es la imaginación, poder divino en el hombre y fuerza creadora del maravilloso mundo de las realidades poéticas. Este segundo momento es de claro origen germánico. Desde Alemania llegaría a Inglaterra, especialmente a través de Coleridge, y con menos fuerza, a los demás países que tardíamente se incorporaron al movimiento romántico, pero sobretodo donde el fenómeno alcanzará una importante dimensión será en Inglaterra , Alemania y Francia .
Esbozado el romanticismo desde sus orígenes, este entrará en una rápida y prolifera andadura, exaltando el libre pensamiento y el arte como modos de acceder a la realidad. Según Schopenhauer , el Axis mundi del romanticismo es la intuición (término identificado con el de sentimiento) entendida:
Como poseedora de claridad, seguridad y certeza, en ella no se dan ni preguntas, ni dudas, ni errores: no se quiere ir más allá, se tiene sosiego en la intuición, satisfacción en el presente: La intuición se basta a sí misma; de ahí que lo que procede puramente de ella y permanece fiel a ella, como la auténtica obra de arte, no pueda ser falso jamás, ni refutado en ningún tiempo: y es que no se trata de ninguna opinión, sino de la cosa misma .
Una evidente puesta en escena de la endopatía que impulsa los movimientos nómadas referenciados en los puntos precedentes.
Este héroe, llamémosle ya nómada, como así lo hemos venido haciendo, abomina de toda instancia supraindividual ; incluso cuando participa en actividades nacionales o sociales, la colectividad es un mero escenario en el que deambula sin ninguna esperanza de objetivo compartido, hallándose, como héroe trágico en combate constante contra el universo carcelario y el hedonismo acomodaticio y antiheroico de las personas que se dejan guiar por el espíritu de la época, incapaces de comprender la dimensión auténtica del Romanticismo, a las que les reprueba su complacencia ante su propia miseria, su conformidad, su mediocridad y cobardía, su renuncia a la totalidad y a la infinitud.
En definitiva, el talante de la personalidad romántica se caracteriza por la búsqueda, a través de la imaginación y del sueño, en ocasiones a través de la huida , del camino de la plenitud y de lo infinito, de un mundo nuevo y de una nueva vida, de una existencia heroica que anhele lo ilimitado, y por mantener un impulso intensamente aristocrático a la vez que fuertemente libertario, reflejado en el héroe hölderliano Hiperión, el cual odia tanto mandar como obedecer. Y en la admiración romántica por la libertad situada por encima de la legalidad y la sociedad del momento, definida por imponer un despotismo degenerado que contradecía incluso los mismos principios de la Ilustración y de los rezagados protectores de la Razón.
El romántico plantea una experiencia de vida desde su complejidad, unicidad y diferencia, desde la complejidad y diversidad de su interno, una propuesta basada en su sentimiento interno (endopatía) . Evidentemente un practicante del nomadismo desde sus valores endopáticos consternados por el entorno . Además siente con pasión, pues esta es la única fórmula de vida auténtica y lo lleva a la última consecuencia asumiendo el todo consciente de lo limitado del hombre en función de la impermanencia y finitud de los fenómenos .
Vorágine pues de sentimientos, afirmación titánica del Yo, subjetividad en detrimento de lo objetivo, impregnación anímica, dinamismo existencial , universo introafectivo ilimitado . Valores puestos en acción a través de innumerables nomadéos pasionales, fantásticos, pesimistas, melancólicos, escépticos, amorosos, épicos, unificados todos ellos desde una acentuada subjetividad e individualismo. Libertad Total para dar su propia interpretación de la existencia con una profunda voluntad altruista .
Procedamos a observar sus endopatías, emociones internas que le empujan a la aventura nómada. Y hagámoslo dirigiéndonos al artista, nuestro sujeto, objeto de conocimiento. Veamos su articulación de sentimientos y proyección hacia la obra, sus parámetros estéticos en definitiva. En primer lugar analizaremos su entidad artística, para a continuación profundizar en su particular nomadismo impulsado por múltiples valores endopáticos, de entre los cuales vamos a analizar los siguientes: Libertad; nacionalismo y voluntad de arraigo; desarraigo; pesimismo, muerte; melancolía; nostalgia; fantasía e imaginación; amor; endopatía hacia otras épocas; endopatía hacia otras tierras: el viaje; el orientalismo; Naturaleza y sublimidad.
4.1 El Artista.
El Arte, es un fruto tentador y prohibido. Quien una vez ha gustado su jugo más íntimo y dulce, está irremisiblemente perdido para el mundo activo y viviente y se hunde cada vez más en el rincón de su propio placer. (Wackenroder).
El materialista se ocupa de asuntos mundanos. El hombre esclavizado por el mundo material vive en un estado de tensión. El que estando tenso elabora sus cuadros se destruye a sí mismo. El que se mueve entre el mundanal ruido toma el pincel y la tinta con cautela y aprensión. El medio ambiente influye así en el hombre, dándole y haciéndole, a la postre, infeliz. Yo acepto el mundo tal y como viene, me acomodo superficialmente a los poderosos, alcanzo así la paz espiritual. La pintura llega con la paz mental. La gente entiende de pinturas, mas no entiende las pinturas de pincelada única. Porque lo más importante en el trabajo artístico es la contemplación. Cuando se contempla el Uno (la unidad de todas las cosas) se siente gozo. Es entonces cuando las pinturas logran una profundidad misteriosa, insondable. Tratado de Arte de Shin T’ao. (1641-1717).
Recordemos que el ilustrado neoclasicismo, hacía una propuesta artística desde una necesaria reivindicación racional de la belleza como modelo de verdad y orden revisando el clasicismo grecolatino como referente indiscutible de esta virtud, luz necesaria ante la oscuridad precedente de experiencias estériles y meramente banales. Así se había iniciado un emotivo nomadismo en búsqueda de ese ansiado orden que debiera hacer progresar al hombre, llevándole a la felicidad. Ahora, una vez que dicho modelo no ha llevado más que a una prepotente racionalidad que ha censurado la libertad en el plano emotivo, el intuicionismo desde una ley de contrarios, decide alejarse de los paradigmas y convencionalismos para enajenarse en búsqueda del infinito.
El Arte se hace mensajero de la revolución y de la liberación del yo de todas las trabas institucionales, religiosas y políticas. También, se pone radicalmente al servicio del hombre. El artista romántico desarrollará su vida alejado de la represión de la convención, fundamentalmente en la praxis de un arte lúdico y libérrimo, como si de un juego en la libertad más profunda se debiera practicar, impregnando anímicamente todo, autosugestionado en lo sensible.
Así pasa de ser un interprete de los valores cívicos (cómo devino el artista neoclásico) a ser un libre creador enfático y afectado desde su más recóndito ser , con el valor añadido de que otorga mucha importancia al arte y a su significado para el conocimiento del hombre. Aquí comienza sin duda la andadura irrefrenable del arte moderno . Pero no siempre el arte en este contexto mostrará un talante tan enérgico y trasgresor pues al menos lo que en teoría puede resultar enfático, en la práctica puede caer en picado y ese talante puede convertirse en el más profundo pesimismo, pues tratándose de sentimientos individuales los artífices del fenómeno y al ser estos materia humana, están sujetos a los lógicos y naturales devaneos de su propietario, el hombre. Aún más, se establece una retórica de la irracionalidad en base a lo misterioso y desconocido en este contexto pesimista que reivindicará en contraposición a la luz de la razón, la oscuridad en la que se guarece este enajenado .
Por tanto, el romanticismo es contraste permanente, como lo es la esencia del hombre y tan pronto aparece ese optimismo como desaparece, y tan pronto defiende el arte como vía de conocimiento del hombre, cómo reconoce su fracaso como espacio metafísico de salvación (algo normal en territorios sin normas ni paradigmas). Cómo señala Nietzsche:
El artista solo puede manifestar su libertad como exiliado, como extranjero al que, deseoso de patria, le corresponde un perpetuo peregrinaje a través de un mundo con respecto al que ya no se puede mantener una ilusión de unidad.
El artista romántico, por tanto se mueve entre conceptos contrarios, como señala Argullol:
A pesar de su anhelo de lo sagrado, sentencia la desacralización del mundo .
Lo que sí tiene claro, son sus nuevos y prolíferos recursos intelectuales, estos generan una nueva cosmovisión que parte de su interno; su actividad artística no se limitará ya sólo a plasmar en su obra lo visual, ahora, sus sentimientos van a ser el leiv motiv principal en su andadura. Como señala Friedrich:
El pintor no debe pintar simplemente lo que ve, sino también lo que ve en su interior .
El objetivo del arte precedente había sido la belleza, ahora, para el nuevo ideal, está será tan sólo una pequeña parte de lo que el hombre puede imitar. Así, desde irracionales asociaciones psíquicas sus propias endopatías son objetos elevables a la categoría de arte, experimentando constantemente con ellas en la búsqueda de lo nuevo y no sometido a reglas. Así la belleza ya no es su objetivo, como el que rige en la doctrina neoclásica, o al menos no el único. Volvemos a recalcarlo, su objetivo es la expresión de los sentimientos, unidades mínimas irreductibles del arte y del artista que le mueven hacia lo novedoso, lo insólito, lo oculto, lo reprimido, lo que está más allá del límite, estetizarlo todo desde estos valores, esa es su dinámica. Ansiedad en definitiva en revisar todas sus endopatías, experiencias mucho más placenteras estéticamente por la multiplicidad de posibilidades, que la belleza, un único modelo.
Así, el creador parte de ese gran mapa que todos poseemos y que en todos es diferente para aflorar sus emociones, endopatías, introafecciones, las cuales son el motivo de su dinámica vital y por tanto el camino hacia la obra y más allá aún hacia la felicidad .
En Francia Delacroix y Chasserieau alimentan sus óleos con inspiraciones en la tragedia griega y exotismos orientales. En Gran Bretaña, Turner disuelve el humo de las máquinas de vapor en espejismos y ensoñaciones de color, mientras Constable, algo más bucólico, desdobla las gamas cromáticas de sus paisajes. En Alemania, Caspar David Friedrich catartiza el binomio hombre-naturaleza de manera espectacularmente visionaria y En España, Goya adhiere al lienzo los etéreos, monstruos que quieren escapar de la razón. Resultados variados y plurales de múltiples procesos emotivos. Praxis, desorden, sacudida de la red simbólica y social a la que pertenece el hombre. En definitiva, el intento de cambio de las concepciones sobre las cosas y los fenómenos. Pensamiento nómada, endopatía.
Analicemos algunas de estas endopatías, introafecciones que mueven la vida creativa del pensador nómada. Endopatías, diversas y de variados talantes, igualmente con diferente consecuencia en función de la individualidad. Endopatías positivas y optimistas, de liberación, como un magno impulso para desprenderse de un mundo trágico y convertirlo es esperanza como en el caso de Hölderling o Novalis. Y endopatías pesimistas y trágicas que aceptan la condenación de vivir en un mundo sin ley como en el caso de Leopardi o Keats .
Seleccionemos y aproximémonos a algunas de las más relevantes endopatías del pensamiento nómada romántico, aquellas que son materia prima para la actividad artística, aquellas que impulsan al nomadeo, a la huida, a la trasgresión. Valoremos estos axiomas del sentir.
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